jueves, 6 de octubre de 2011

La huella del café de la mañana


La huella del café por la mañana, muestra con descaro una juventud descuidada.
Son los restos del vicio impuesto por una decisión indecisa.

La rutina propia sin razón, el orden desordenado.
Es la maquinaria de un cuerpo sin cuerpo, y sus acciones sin causa.
Son todo dudas, en esta juventud descuidada.

Son los paseos con la mirada en la acera,
los esquivos de ojos, el egoísmo en el camino.
Es el miedo a sentir frío,
el miedo a una palabra real.

Es la lucha individual,
la carrera a oscuras, cerrar los ojos para no ver adelantar.
Es su elección sin consultar, mal elegida.
Todo es miedo a que se borre el camino pintado
por el choque con la realidad.

Es esta juventud descuidada, que por ahora sólo sabe caminar, y caminar.

jueves, 30 de junio de 2011

Ni más ni menos: En busca del equilibrio.


Nuestro error la mayoría de las veces consiste en limitarnos; otras en aspirar a demasiado. Hay que saber analizar tu "statu quo" para conocer en profundidad tus verdaderas posiblidades.

"Statu quo", que se traduce como «estado del momento actual», hace referencia al estado global de un asunto en un momento dado. Normalmente se trata de asuntos con dos partes interesadas más o menos contrapuestas, en el que un conjunto de factores dan lugar a un cierto «equilibrio» (statu quo), sin que dicho equilibrio tenga que ser igualitario (por ejemplo, en una situación de dominación existe un statu quo a favor del dominador).


Y un día, decides probar algo nuevo. Te gusta, y lo pruebas otra vez. Te gusta más, y lo pruebas una vez más. Lo espontáneo se convierte en rutina, y de la rutina surge un hobbie. Y ahora no lo pruebas, lo practicas. Practicando y practicando avanzas, y del progreso surgen tus metas. Ahora practicas, avanzas, y buscas nuevos objetivos. Del objetivo surge una motivación, y ahora tu fin va más allá, surge el afán de superación. De la superación surge el triunfo, y tras triunfo y triunfo se crea una pasión. Aquí es cuando te das cuenta de que esto no es sólo un hobbie. ¡Ups!

Sin darte cuenta, cambias tu rutina diaria para amoldarte a la nueva rutina, a esto que todavía dices que es sólo un hobbie. Y de tu nueva rutina surge, irremediablemente, tu nueva vida. Te rodeas de gente nueva, con motivaciones parecidas a las tuyas, con objetivos acordes a los tuyos, con parecida mentalidad, con formas de divertirse también parecidas, pero con una única diferencia, en general, bastante grande: esas personas tienen una vida muy distinta a ti. Aquí surge la distinción, también bonita diría yo, pero que hace replantearte todo esto. Ahora aparece tu verdadero yo y tu circunstancia actual. Tu vida, tu rutina real, tus objetivos anteriores, tus responsabilidades, tu trabajo, tu carrera...en otras palabras, tu statu quo. Esta recopilación de circunstancias crean otra recopilación de preguntas, las cuales no sabes muy bien cómo responder. Disfrutas de lo que haces, eso lo tienes claro, pero en cierta medida esa diversión ahora se alimenta de nuevas necesidades, nuevas motivaciones, que parecen incompatibles con tu circunstancia. Pensado así, tristemente, esas circunstancias ahora son una mera limitación. Y aquí es cuando cada uno, de una manera u otra, busca su equilibrio.

Ni más, ni menos. Define qué es lo primario y qué es lo secundario para ti, pero no te limites. Tampoco te compares, porque cada uno posee su propio statu quo. No busques igualdad, porque no la hay. Tampoco busques un objetivo preciso, porque tu mente se cerrará. Sólo encuentra el punto medio, y disfruta de tu pasión y de la de los demás.

sábado, 7 de mayo de 2011

La chica de tiza


Un trazo borroso aparece en mi piel.
No sé muy bien qué es,
pero me quiere decir algo.
Va mostrándose y añadiéndose a mí,
convirtiéndome entera en tiza.

Me ha robado el contorno, ahora soy ceniza.
No atino a encontrar qué es lo que se ha escrito en mí,
pero sólo me confunde más de lo que estoy.
Quizá estas frases ilegibles me estén obligando
a preguntarme qué es lo que soy,
pero ahora no me encuentro, quiero saber dónde estoy, nada más.
Esta falsa verdad sólo me ensucia, me habla y me juzga pero no tiene ni idea de quién soy yo.

Y me lavo, me vuelvo a frotar, no sale. No necesito ayuda, no necesito resolver mis dudas, no quiero llenar mi cuerpo de preguntas sin responder.
Sólo necesito saber el camino, y tú no puedes enseñármelo. En realidad, nadie puede, así que más vale que empiece a pintar yo también.
Echaré mano del tiempo, y con los ojos cerrados y una tiza en mano empezaré a escribir. Garabatos saldrán, en palabras se asemejarán, finalmente en acciones se convertirán.Entonces habré elegido mi destino.

Pero ahora vete, no es el momento de pintar.