martes, 13 de diciembre de 2016

encontrarse. Ego.

Para los apasionados del alma humana y del espíritu universal es bueno tener en cuenta que el mayor de los enemigos es un ego espiritualizado. Una vida plena y en paz requiere de un proceso de transformación personal. Uno va dejando de ser como es para convertirse en lo que quiere ser, integrando en su vida esa dimensión del “conócete a ti mismo”. Uno anda a su encuentro, allá en lo más profundo. La paradoja consiste en que para encontrarse se necesita del otro, se precisan espejos que muestren cuál es la realidad que estamos experimentando. Se requiere una manera de vivir, de relacionarse con el mundo y los demás

Dicho de otro modo, hay que salir de uno mismo, descentrarse, para desvelar lo que pueda existir más allá de nuestras programaciones mentales y emocionales. Quienes lo logran son los que se asientan en el silencio o la contemplación, los que se entregan a un arte, los que se dan a los demás. En cada caso hay un olvido de sí mismo para que penetre el bien, lo bello y lo verdadero. Es eso lo que buscamos con tanto ahínco. En resumen: descentrarse para encontrarse.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/03/10/eps/1457631066_854651.html


Calle

Raíles cruzados son tus caminos complicados que toca elegir, sin filtros ni perdones, palabras claras sin borrones te soplan ve, déjate llevar y conócete. Quizás descubras alguna plaza angulada, una nueva esquina en tu vida, una cosa canija que saca esa sonrisa al final del dia, jugando a verbos: poder, creer, querer, ver. Puede que haya más caídas que salidas triunfantes, pero esa es la vida. Hay que andar, firme y sin medias, con los ojos puestos en esa cosa canija que te saca sonrisas, y hombros, y heridas, infinitas caidas que para qué. Para que sepas levantarte, porque si lo haces, la vida es tuya. Bajo tu control en este descontrol de raíles cruzados y caminos complicados por los que hay que pasar. Aprendiendo a vivir.