Son los restos del vicio impuesto por una decisión indecisa.
La rutina propia sin razón, el orden desordenado.
Es la maquinaria de un cuerpo sin cuerpo, y sus acciones sin causa.
Son todo dudas, en esta juventud descuidada.
Son los paseos con la mirada en la acera,
los esquivos de ojos, el egoísmo en el camino.
Es el miedo a sentir frío,
el miedo a una palabra real.
Es la lucha individual,
la carrera a oscuras, cerrar los ojos para no ver adelantar.
Es su elección sin consultar, mal elegida.
Todo es miedo a que se borre el camino pintado
por el choque con la realidad.
Es esta juventud descuidada, que por ahora sólo sabe caminar, y caminar.