"Statu quo", que se traduce como «estado del momento actual», hace referencia al estado global de un asunto en un momento dado. Normalmente se trata de asuntos con dos partes interesadas más o menos contrapuestas, en el que un conjunto de factores dan lugar a un cierto «equilibrio» (statu quo), sin que dicho equilibrio tenga que ser igualitario (por ejemplo, en una situación de dominación existe un statu quo a favor del dominador).
Y un día, decides probar algo nuevo. Te gusta, y lo pruebas otra vez. Te gusta más, y lo pruebas una vez más. Lo espontáneo se convierte en rutina, y de la rutina surge un hobbie. Y ahora no lo pruebas, lo practicas. Practicando y practicando avanzas, y del progreso surgen tus metas. Ahora practicas, avanzas, y buscas nuevos objetivos. Del objetivo surge una motivación, y ahora tu fin va más allá, surge el afán de superación. De la superación surge el triunfo, y tras triunfo y triunfo se crea una pasión. Aquí es cuando te das cuenta de que esto no es sólo un hobbie. ¡Ups!
Sin darte cuenta, cambias tu rutina diaria para amoldarte a la nueva rutina, a esto que todavía dices que es sólo un hobbie. Y de tu nueva rutina surge, irremediablemente, tu nueva vida. Te rodeas de gente nueva, con motivaciones parecidas a las tuyas, con objetivos acordes a los tuyos, con parecida mentalidad, con formas de divertirse también parecidas, pero con una única diferencia, en general, bastante grande: esas personas tienen una vida muy distinta a ti. Aquí surge la distinción, también bonita diría yo, pero que hace replantearte todo esto. Ahora aparece tu verdadero yo y tu circunstancia actual. Tu vida, tu rutina real, tus objetivos anteriores, tus responsabilidades, tu trabajo, tu carrera...en otras palabras, tu statu quo. Esta recopilación de circunstancias crean otra recopilación de preguntas, las cuales no sabes muy bien cómo responder. Disfrutas de lo que haces, eso lo tienes claro, pero en cierta medida esa diversión ahora se alimenta de nuevas necesidades, nuevas motivaciones, que parecen incompatibles con tu circunstancia. Pensado así, tristemente, esas circunstancias ahora son una mera limitación. Y aquí es cuando cada uno, de una manera u otra, busca su equilibrio.
Ni más, ni menos. Define qué es lo primario y qué es lo secundario para ti, pero no te limites. Tampoco te compares, porque cada uno posee su propio statu quo. No busques igualdad, porque no la hay. Tampoco busques un objetivo preciso, porque tu mente se cerrará. Sólo encuentra el punto medio, y disfruta de tu pasión y de la de los demás.